A día de hoy, los
expertos no se ponen de acuerdo sobre cuándo acabará la crisis, y las medidas
más convenientes para salir de ella. Sin embargo, se observan cambios positivos en las
políticas empresariales, en la dirección y gestión de los recursos humanos y de
los equipos en algunas organizaciones; así como en los valores institucionales y personales, y en
las nuevas competencias valoradas en los empleados. La sociedad está pidiendo
un cambio ya, porque muchas situaciones del día a día parecen insostenibles.
Pero como decía Albert Einstein “Si
queremos resultados distintos, no podemos seguir haciendo lo mismo”.
Desde las
investigaciones que llevamos a cabo en el Equipo WoNT Prevención Psicosocial y
Organizaciones Saludables (www.wont.uji.es) de la Universitat Jaume I, en el
marco de la Psicología Organizacional Positiva (POP), pensamos que estos
cambios ajustados a las necesidades reales deben ir encaminados a la búsqueda
de la excelencia, la innovación y la calidad organizacional que marque
diferencias entre organizaciones, y que permita la adaptación en el actual
mercado laboral que es cada vez más complejo y dinámico.
Pero si además de buscar
resultados organizacionales excelentes, las organizaciones se esfuerzan por
mantener la salud psicosocial de sus trabajadores y buscan incrementar el
capital psicológico positivo de las personas que componen esas organizaciones
estamos hablando de organizaciones positivas, esto es aquellas que son saludables y resilientes pero también más productivas. Se trataría de dar
respuesta a preguntas poderosas como ¿Qué podemos hacer para contribuir al
desarrollo positivo y la promoción de las organizaciones y las personas en
situaciones de crisis económica, financiera y de confianza?
Por ejemplo, fruto de
este interés genuino por construir un mundo mejor se desarrolla el Proyecto Institucional UJI Saludable
cuyo objetivo promocionar la salud y el bienestar de la comunidad
universitaria, y de toda la sociedad en general, ya que la la UJI pertenece a
la Red de Universidades Saludables (REUS) desde febrero de 2012, y desde 2014 a
la Xarxa Valenciana d’Universitats Públiques Saludables. En la página Web de
UJI Saludable podrá encontrar el lector mas información sobre este proyecto,
sus objetivos, funciones, actividades, cuerpo técnico, etc. (ver http://ujiapps.uji.es/institucional/uji-saludable/).
La base del proyecto UJI
Saludable es entender la salud desde una perspectiva mas integral y moderna. La
definición de salud más convencional y más clásica la entiende como ausencia de
enfermedad, quizá porque es más fácil comprender la enfermedad por las
manifestaciones e implicaciones negativas de tipo personal y social que
conlleva. Por el contrario, el estado de salud es menos perceptible y pasa
inadvertido. Ya en 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una
definición amplia de salud que supuso, por primera vez, la aceptación de dos
áreas relevantes del ser humano: la psicológica y la social, que se sumaban a
la biológica para posibilitar un concepto integral de salud. La salud no es la
mera ausencia de enfermedad, sino que ha de ser entendida de forma más
positiva, como un proceso por el cual la persona desarrolla al máximo sus
competencias y fortalezas.
En este sentido, ese
concepto de salud integral no incluye solo la salud física (que es fundamental)
sino también la salud psicológica. En este punto, es interesante señalar que
tradicionalmente, la Psicología se ha centrado casi exclusivamente en la
patología, en los déficits de las personas y de las organizaciones, en lo que
“funciona mal”. Esta focalización en los problemas, puede llevar a pensar que
el ser humano está “exento” de rasgos positivos, como la felicidad, el
optimismo, la esperanza, la creatividad, la responsabilidad, etc. Hoy se sabe que para estudiar al ser humano
atendiendo a toda su complejidad es necesaria una Psicología que no sólo
resuelva problemas sino que también permita potenciar las fortalezas de las
personas en todos los ámbitos de su vida, y de las organizaciones, siendo la
universidad una organización mas en nuestras vidas.
Éste es el enfoque de la
Psicología Positiva que fue definida
por Martin Seligman (profesor de psicología en la Universidad de Pensilvania y
así llamado padre de la Psicología Positiva) como: “el estudio científico del
funcionamiento humano óptimo” (Seligman, 1998). Pretende de alguna forma
catalizar un cambio de enfoque de la psicología que incluya el reparar las
cosas que van mal en la vida, pero también construir cualidades positivas en
las personas y las organizaciones. Ese cambio de enfoque, de perspectiva, que
propone la Psicología Positiva también se centra en el estudio del
funcionamiento humano óptimo de las personas en el trabajo y en las
organizaciones. En concreto en este
último ámbito, las organizaciones e instituciones modernas están potenciando
cada vez mas un enfoque más positivo, ya que saben que para poder sobrevivir (y
especialmente en épocas de crisis y cambios turbulentos) es necesario un cambio
de chip y una apertura hacia lo
positivo. Sólo de esta manera, lograrán que los trabajadores sean positivos,
esto es, sean proactivos, muestren iniciativa personal, colaboren con los
demás, tomen responsabilidades en el propio desarrollo de carrera y se
comprometan con la excelencia y la responsabilidad social.
Para conseguir este
objetivo es necesario que se ponga en marcha todo un mecanismo organizacional
positivo. Y es aquí donde emerge la Psicología
Organizacional Positiva (POP) que la hemos definido como el estudio
científico del funcionamiento óptimo de la salud de las personas y de los grupos
en las organizaciones, así como la gestión efectiva del bienestar psicosocial
en el trabajo y del desarrollo de las organizaciones saludables. Su objetivo es
describir, explicar y predecir el funcionamiento óptimo en estos contextos, así
como amplificar y potenciar el bienestar psicosocial y la calidad de vida
laboral y organizacional (Salanova, Martínez, y Llorens, 2005, 2014). Su razón
de ser reside en descubrir las características que configuran una “vida
organizacional plena”, dando respuesta a dos cuestiones clave: qué caracteriza
a los trabajadores positivos (con altos niveles de felicidad y bienestar
psicológico) y cómo son las organizaciones positivas, aquellas que son
saludables y resilientes.
Esa vida organizacional plena vendría determinada por características
fundamentales que son:
- Búsqueda de emociones positivas y desarrollo de aptitudes para multiplicarlas.
- Emplear las propias fortalezas satisfactoriamente para obtener gratificaciones auténticas
- Poner las fortalezas personales al servicio de algo que nos trascienda
Se trataría de descubrir
estas características potenciadoras a diferentes niveles, no sólo a nivel
individual, sino también a nivel interindividual, grupal, organizacional y
social. Desde esta perspectiva es importante conocer por ejemplo, cuáles son
los recursos de tarea (ej., autonomía), los recursos del ambiente social (ej.,
apoyo social entre los departamentos, servicios y grupos de investigación ) y
las prácticas organizacionales organizacionales saludables (ej., prácticas de
conciliación familia-trabajo) que favorecen la buena vida organizacional que
también se da en las Universidades entendidas como organizaciones; qué papel
juegan las creencias positivas en el desarrollo de las propias competencias,
cómo se desarrolla el compromiso con el trabajo, la felicidad tanto hedónica
como eudaimónica, y la resiliencia en el trabajo, cómo pueden las universidades
contribuir al crecimiento y el bienestar psicológico de sus trabajadores,
estudiantes y de la sociedad en general.
Teniendo en cuenta estos
planteamientos se han desarrollado hasta el momento acciones positivas dentro del proyecto UJI saludable tales como: dos ediciones del curso de experto en
psicología positiva aplicada (http://www.fue.uji.es/psicologia-positiva),
diversas acciones formativas como manejo de los
accidentes durante el entrenamiento en sala de fitnes, técnicas de
gestión personal y profesional: mejora el bienestar en el trabajo, taller:
psicología aplicada a los deportes de equipo, seminario de
investigación sobre actividad física y salud en jóvenes, talleres de
habilidades de Lider-como-Coach para Jefes de Servicios, colaboraciones con
otras organizaciones como Medco Health, organización del día de la dieta
mediterránea y de la semana de la salud con la Xarxa Valenciana de Univ
Públicas Saludables, diseño de mensajes promotores de salud, talleres sobre
crecimiento personal y mejora del rendimiento académico para estudiantes de la
UJI, procesos de evaluación de riesgos psicosociales en PDI, PAS y
Estudiantado, cursos de verano, etc.
Para finalizar me
gustaría señalar que para comprender la salud ocupacional desde un planteamiento
integral es necesario un modelo interdisciplinar de promoción de la salud y de
las fortalezas de las personas en las organizaciones así como del
funcionamiento integral de las mismas. Reclama un modelo multicausal que
integre todos los elementos implicados en la salud de los trabajadores y
considere, además, la importancia de la aplicación de medidas institucionales a
este respecto. En este sentido, entiendo que los programas de promoción de la
salud deben formar parte integrante de la política y la cultura de las
universidades que valoran, propician y potencian la salud. En vez de concebir
el lugar de trabajo como un espacio conveniente para que los profesionales de
la salud lleven a cabo programas destinados a cambiar a los individuos, se
considera que trabajadores y cargos directivos deben colaborar para convertirlo
en un entorno saludable y que propicie la salud en toda la extensión de la
palabra. Ésta es la base del enfoque de la promoción de la salud en el lugar de
trabajo iniciado por la OMS que está orientado hacia el concepto de “organización saludable” y este el cimiento en donde se construye en positivo el
proyecto de UJI Saludable.
Como siempre recuerda
que no es magia, es investigación (:
Buen post
ResponderEliminar