lunes, 19 de marzo de 2018

Mi experiencia en Kioto, justo en el Día Internacional de la Felicidad 国際幸福の日に、京都での私の経験




Mañana 20 de marzo, es el Día Internacional de la Felicidad propuesto por la Asamblea General de las Naciones Unidas el día 28 de junio de 2012 y que se celebró la primera vez el 20 de marzo de 2013. Todo ello empezó por la iniciativa mundialmente conocida del Reino de Bután que creó un Indicador colectivo de felicidad nacional que denomina FNB (Felicidad Nacional Bruta), como un símil al PIB (Producto Interior Bruto que mide el desempeño económico de un país) pero focalizado en el bienestar de la nacional desde una perspectiva no tan económica. Por ello, las Naciones Unidas quieren reconocer con la proclamación de este día especial, la importancia que tiene la felicidad y bienestar colectivo como una meta importante de todos los seres humanos y que debería considerarse como un objetivo político en los gobiernos.

Y justo hoy día me encuentro en una estancia docente y de investigación en la Universidad de Kioto, en Japón. Justo el día internacional de la felicidad en un centro de investigación que estudian, entre otros temas, la felicidad colectiva desde una aproximación multidisciplinar. Interesante coincidencia que me ha animado a escribir este post, y darle algo de vidilla a mi blog que lo tengo muy abandonado muy a pesar mío. Os cuento estas ideas tan interesantes en este día tan especial. Espero os gusten :)




El centro de investigación Kokoro (http://kokoro.kyoto-u.ac.jp/en/index.html) se creó en abril de 2007 en la Universidad de Kioto (Japón), pero tiene conexiones a nivel nacional e internacional. El centro promueve investigación científica sobre la mente y la conciencia desde diversas disciplinas como la psicología, neurofisiología, ciencias cognitivas, estudios culturales y humanísticos.

Kokoro (ココロ) es una palabra japonesa que significa “energía invisible”. Todos tenemos un kokoro que intuimos de alguna manera en cómo funciona de manera interactiva nuestro corazón, mente y espíritu. Mientras estos elementos sean coherentes entre sí de manera interactiva y en equilibrio todo funciona bien en nosotros. Pero cuando nuestro kokoro es inarmónico o se perturba, puede estallar en violencia, anomia, apatía, adicciones varias, y comportamientos anticívicos y autodestructivos.



El Centro de Investigación de Kokoro se compromete a investigar las causas y posibles soluciones de dichos problemas socio-conductuales de base psicológica, para facilitar la apertura mental, el bienestar y la autoestima en las personas y las sociedades. Estudian funciones variadas de nuestro kokoro como son la inteligencia, las emociones, la felicidad, los sentimientos, los valores, la empatía y la importancia de la comunicación. Quieren conocer desde la ciencia como estas funciones del kokoro interactúan y se integran para darle riqueza al kokoro. Y todo ello, desde el trabajo muldisciplinar en el estudio de la mente y la conciencia que hacen científicos de distintas áreas científicas. Porque nuestro kokoro es multidimensional y se ve afectado no solo por la personalidad y la genética, sino por factores culturales como la cultura del país, la cultura de la organización, el vecindario en el que vivimos, el producto nacional bruto de la nación, la desigualdad social y económica y mucho más. Su misión es contribuir con sus investigaciones a crear una humanidad y mentalidad adecuada para la vida en la era global venidera.

Este es el background general en el que el Centro de Investigación Kokoro trabaja en la Universidad de Kioto en donde estoy de estancia.  En concreto, con la profesora Dra. Yukiko Uchida que es la directora de la Red Internacional Cultural-Kokoro (Cultural-Kokoro Network -Culture-KoNet). Dentro del centro de investigación, son un grupo internacional de psicólogos culturales y otros científicos sociales que están persiguiendo cuestiones relacionadas con la cultura, y estudian cómo la cultura y la mente trabajan juntas realizando investigaciones empíricas psicológicas y culturales sobre cómo los entornos culturales moldean las emociones, las cogniciones, las motivaciones y las relaciones entre las personas. La Dra. Uchida ha centrado sus estudios en las variaciones culturales de las emociones y las relaciones sociales. Sus estudios sugieren que las prácticas y los significados cotidianos construyen nuestras funciones y sistemas psicológicos. En particular, su investigación examina los significados de felicidad e infelicidad; la experiencia en las personas de sus emociones y la comprensión de los demás; así como el rol del apoyo emocional y las relaciones sociales. Sus estudios transculturales examinan cómo la participación en prácticas culturales significativas fomenta estos procesos psicológicos.



Más en concreto me interesó de la Dra. Uchida sus trabajos sobre la felicidad colectiva, así como los antecedentes personales y culturales de la felicidad. Sabemos por la investigación que la felicidad y el bienestar psicológico a menudo se han estudiado como sentimientos internos o estados de satisfacción con la vida en general, o en particular con algunos ámbitos relevantes como el trabajo, la familia, la comunidad, etc. Por ejemplo, podemos entender a grosso modo que una persona feliz es aquella que tiene sentimientos placenteros gran parte del tiempo, y se siente satisfecha con su vida de una manera global.

No obstante, investigaciones más recientes han estudiado los efectos que factores externos al individuo (por ejemplo, la prosperidad económica a nivel nacional, o tener relaciones satisfactorias, desigualdad social del país, el estatus social, experimentar eventos vitales importantes como el divorcio…) tienen sobre la felicidad de los individuos, o si podemos hablar de una felicidad colectiva que puede ser diferente a la mera agregación de las felicidades individuales.

Por ejemplo, muy interesantes son sus estudios sobre la percepción del éxito y la felicidad en diferentes culturas.  Por ejemplo, en un estudio que realizó con otros colegas japoneses (Markus, Uchida, Omoregie, Townsend y Kitayama, 2006) investigaron la cobertura de los medios de los medallistas olímpicos tanto en EEUU como en Japón. En el contexto estadounidense, los medios describieron a los medallistas como "superhéroes": personajes fuertes, atractivos, únicos y competitivos. Por otro lado, la cobertura de los medios japoneses describió a la mayoría de los medallistas como personas “normales”: débiles, con dificultades y recibiendo apoyo de familiares o amigos.

Estos hallazgos sugieren que las teorías implícitas sobre "cómo conseguir el oro" difieren entre culturas y tienen implicaciones adicionales sobre cómo se logra la felicidad a través de la consecución de objetivos. Las teorías implícitas de los estadounidenses consideran que el éxito y la consiguiente felicidad que lleva el tener éxito, es algo que consiguen las personas extraordinarias, altamente habilidosas. El equipo de la Dra. Uchida considera que siguen un “Modelo Incremental de la Felicidad”. De este modo al tener éxito se experimenta felicidad y esas experiencias positivas pueden llevar a resultados más positivos aún, en una especie de espiral positiva de felicidad ascendente. En este modelo, las personas están motivadas a buscar la felicidad y estos estados placenteros porque ellos les llevarán a más éxito.  
Sin embargo, las teorías implícitas de los japoneses perciben el éxito -y quizás también la felicidad posterior- como algo que se logra por personas no que sean extraordinarias, con capacidades de superhéroes, sino que son personas normales que experimentan dificultades pero que son capaces de perseverar gracias al apoyo de los demás. Perciben los cambios y evalúan su estado actual de felicidad tomando los altibajos y vaivenes de la vida como un todo. Por lo tanto, la adversidad se percibe como un factor necesario para la felicidad. La felicidad seguiría un "Modelo Dialéctico” en donde la felicidad se pone en perspectiva y se analiza desde una perspectiva temporal.



Según los estudios de la Dra. Uchida por ejemplo, los individuos dentro de contextos culturales independientes como es EEUU o incluso Europa, tienen más probabilidades de estar motivados para maximizar la experiencia del afecto positivo y buscar la felicidad. Además, la búsqueda de la felicidad se considera como un “derecho” humano fundamental a ser protegido en la sociedad. Para los occidentales la felicidad tiene que ver con el auto-desarrollo, y la consecución de metas personales importantes. Además, el apoyo social puede incluso en ocasiones tener consecuencias negativas, cuando, por ejemplo, no ha sido solicitado (y, por tanto, se convierte en un favor que tienes que devolver de alguna forma) o cuando atenta a la propia autoestima (dado que no ha sido posible conseguir tu meta de manera individual, sino que necesitas ayuda de otros). 



Por el contrario, dentro de contextos culturales más interdependientes o colectivistas como es la cultura japonesa, la felicidad tiende a definirse en términos de conexión interpersonal o un equilibrio entre uno mismo y los demásNuestro kokoro en armonía con el kokoro de los demás, del colectivo. Ejemplos de este esfuerzo colectivo extraodinario de los japoneses los hemos observado en los medios cuando el terremoto y tzunami en la costa este japonesa el día 11 de marzo de 2011 en donde la sociedad japonesa mantuvo la calma, el equilibrio y buscó el bienestar del colectivo. Los estudios de la Dra. Uchida y colegas, señalan que la búsqueda de la felicidad no se ve como algo que los individuos pueden perseguir, sino que se experimenta dentro de las relaciones compartidas. Aquí la frase que decía Chris Peterson respecto a que es la felicidad cobra pleno sentido. Christopher Peterson (1950 – 2012) uno de los fundadores de la Psicología Positiva y junto con Martin Seligman creador de las Fortalezas del Carácter, decía que la felicidad se podía resumir en tres palabras “Los Demás Importan” (The others matter). Para los occidentales tiene sentido, pero especialmente para los japoneses esto es así sin duda alguna. Es más, los factores interpersonales, como la adaptación a las normas sociales y el cumplimiento de las obligaciones relacionales, correlacionan con la felicidad. Las personas que persiguen metas interpersonales por encima de metas personales, que sienten experiencias emocionales relacionales positivas, que reciben apoyo emocional y que experimentan sentimientos de armonía relacional, son más propensos a mostrar niveles más altos de felicidad y bienestar psicológico.

En el caso del engagement en el trabajo, con nuestros propios estudios también hemos encontrado diferencias importantes a nivel cultural entre los niveles de engagement en las personas de países occidentales y orientales. Por ejemplo, en análisis realizados con muestras de más de 80.000 individuos encontramos que los niveles de engagement en Japón son bastante más bajos que en el resto de países, como pasa con los indicadores de felicidad y bienestar que comentamos anteriormente (Hu, Schaufeli, Taris, Hessen, Hakanen, Salanova, & Shimazu, 2014). Un análisis con mayor profundidad de estos resultados comparando muestras de trabajadores japoneses y holandeses encontraron mis colegas que las puntuaciones más bajas de engagement en el trabajo de los japoneses cuando los comparamos con los holandeses no se deben a que no experimenten íntimamente la experiencia psicológica positiva de sentirse engaged con sus trabajos (vigorosos, dedicados y absortos mientras trabajan) sino que se debe más a un factor cultural como es que en culturas asiáticas como Japón está bien vista la supresión en la expresión de emociones positivas y esto no tiene consecuencias negativas para las personas (Shimazu, Schaufeli, Miyanaka, & Iwata, 2010). Es más, expresar altos niveles de bienestar y engagement podría tener consecuencias negativas como dijimos antes respecto a valores colectivistas que para ellos son importantes, o producir celos y envidia en otros con las consecuencias de pérdida de equilibrio y armonía social. Mientras que en culturas más occidentales es la necesidad de automejora continua el aspecto cultural que explica un sesgo mayor a puntuar más alto en engagement.



En relación con esto, son muy interesantes también las variaciones en niveles de bienestar y felicidad en función de los países, y como variables societales y sociales externas al individuo pueden estar explicando esas diferencias. Más aún, siguiendo con esta línea argumental, en la encuesta mundial sobre felicidad (World Happiness Index, 2018), publicada recientemente, encontramos que Japón ocupa la posición número 54 en el ranking de felicidad de un total de 156 donde los primeros en el ranking son países escandinavos (por orden, Finlandia, Noruega, Dinamarca). España, por cierto, estamos en el número 36 por encima de la sociedad nipona.

Esas puntuaciones medio/bajas en felicidad y bienestar por parte de los japoneses suele ser así en la mayoría de estudios sobre felicidad y bienestar de las naciones ¿Esto significa que los japoneses son menos felices, o menos engaged en sus trabajos que el resto de países que ocupan posiciones superiores en el ranking? Las respuestas no son sencillas, y como dijimos antes en el caso del engagement en el trabajo supone que hay factores culturales que explican esas diferencias (más en la expresión conductual de felicidad por ejemplo contestando una encuesta, que en la experiencia íntima de ese bienestar o felicidad). Y es que el significado de la felicidad en Japón como se dijo antes es bastante diferente al significado que le damos en países occidentales. Para los japoneses, los altos niveles de felicidad expresados pueden tener connotaciones negativas como “hacer que los demás tengan envidia y celos” y eso desajustaría el balance de armonía interpersonal que necesitan para su bienestar individual. Según la Oficina del Gabinete de Japón, los japoneses prefieren niveles moderados de felicidad para ese Kokoro que se orienta al equilibrio tan buscado por los japoneses. Además, debe tenerse en cuenta que las clasificaciones de felicidad cambian drásticamente según las medidas específicas utilizadas (bienestar subjetivo, emociones positivas, etc).



 Tanto es así, que le equipo de la Dra. Uchida han desarrollado una medida de “Felicidad Interpersonal” que tiene que ver con la idea de que en culturas asiáticas la experiencia individual de felicidad se relaciona con la armonía en las relaciones. Por ejemplo, en esta escala Hitokoto y Uchida (2015) miden una felicidad interdependiente (Interdependent Happiness Scale (IHS) con factores como, por ejemplo “relaciones positivas” tal como hacer feliz a la pareja; la “quietud” como el hecho de vivir una vida estable, y tener una “vida normal” (por ej., "creo que mi vida es tan feliz como la de los demás a mi alrededor"). Este concepto de felicidad interdependiente intenta capturar la búsqueda del bienestar colectivo.

 Mi estancia en esta universidad, me permitirá conocer de primera mano los estudios llevados a cabo en la Red Internacional Cultural-Kokoro, en este ámbito tan interesante promocionado por la Psicología Cultural. Tener en cuenta no solo el bienestar individual, sino también el colectivo, comprender las variaciones culturales en niveles de bienestar y felicidad desde una perspectiva más amplia, así como el avance metodológico que supone hacer investigaciones de este tipo. Por ejemplo, el uso de estudios con metodología multinivel para capturar los efectos de factores culturales y colectivos (externos al individuo como dije antes) en los niveles de felicidad y bienestar individual. Dentro del equipo WANT que dirijo en la Universitat Jaume I (www.want.uji.es), ya llevamos algunos años estudiando las organizaciones saludables y resilientes (Modelo HERO –Healthy & Resilient Organization) y estamos utilizando, además de medidas colectivas de felicidad y bienestar, esta metodología multinivel para evaluar el impacto de factores colectivos como son las prácticas organizaciones saludables, los recursos sociales de los equipos, liderazgo positivo, etc en el bienestar y la felicidad individual como emociones positivas o engagement individual, incluso en el desempeño intra y extrarol (ver publicaciones en la página Web del equipo).

 Todo un reto para mi sin duda alguna, estar en esta universidad, escribiendo este post sobre 
Felicidad y Bienestar para rememorar un año mas el Día Internacional de la Felicidad
#DiaDeLaFelicidad #WANTHappyDay #FelicidadEnAccion
 

     おもてなしのためにココロセンターにどうもありがとうございます

Smiling (:




Referencias

Hitokoto, H., & Uchida, Y. (2015). Interdependent happiness: Theoretical importance and measure- ment validity. Journal of Happiness Studies16, 211–239.
Hu, Q., Schaufeli, W.B., Taris, T., Hessen, D.J., Hakanen, J., Salanova, M., & Shimazu, A. (2014). East is East and West is West and never the twain shall meet: Work Engagement and Workaholism across Eastern and Western Cultures. Journal of Behavioral and Social Sciences, 1, 6-24.

Markus, H. R., Uchida, Y., Omoregie, H., Townsend, S. S., & Kitayama, S. (2006). Going for the gold: Models of agency in Japanese and American con- texts. Psychological Science17, 103–112.
Shimazu, A., Schaufeli, W.B., Miyanaka, D. & Iwata, N. (2010). Why Japanese workers show low work engagement: An item response theory analysis of the Utrecht Work Engagement scale. BioPsychoSocial Medicine, 4(17), 1-6.

Uchida, Y. & Oishi, S. (2016). The Happiness of Individuals and the Collective. Japanese Psychological Research, 58(1), 125–141.